14.7.13

Operación densa o monólogo de un sufriente hospitalizado sin poder de habla

A mí se me devanan los sesos de saberte dormido
ahora que es la misma hora en todos lados.
Y sospecho sin esfuerzo en argumentarme
que se me ha clavado una astilla en el sistema nervioso central


/ o en el hueco amarillo penumbroso
de donde salen los pensamientos que hacen
con saña de máquina de industria incapaz por sí sola de frenarse
que no seas un veneno moderada y tácitamente inyectado /



y mediante su ataque les cortó el cuello a todos estos
insectos pequeñitos que habitan mi cabeza.
Ahora son cadáveres tiernos aptos para ser comidos
y quién más
-       porque yo no puedo entrar en mí ni quiero
a ese panorama de cardos sobre flores y flores como cardos
aunque terapias y torturas de inviernos combativos me inspiren tanto a hacerlo
y vos
vos
mi mayor duda siempre fue
si nunca tuviste el código de mi sistema, o fuiste acaso
su único inventor, tan mafioso que no me susurraste de cerca 
la clave durante el último orgasmo consciente 
sino ella ha construido su frágil imperio
ya provisto de palillos y utensilios de todos los largos.

///

Pareciera que tengo
los ojos hacia adentro
cada vez que me domina el seso la pulsión aniquilante
de dibujarte en una posición pasiva, allá lejos
sin recursos para transportarte y así sigo
estiro el proceso de un dibujo trabajado y difícil
será una afectación biológica a mi sistema
la que me ha inclinado a retratarte así, con la manía de una escultora
lista para que los pensamientos
sean cucarachas sin cabeza que se traguen a la astilla
y vos te corporices para que
 tanto asco me de tu saliva en la comisura
y tus manos sin circulación
y tu vientre inmaduro y dejado
que ya no quiera, que ya no, que ya
haya sido suficiente y que mejor no
no quiera saber nunca mi código
de sabiduría interna
ni nada que tenga que ver con sacrificar el coma
en que esta astilla cristalina
amablemente me ha dejado