29.9.14

marcia. medellín.

y no te escribo hace un tiempo lapidario

desde el viaje el mundo
no tiene un color distinto
tiene un color
y no se parece al tuyo
ni a tus mangas de seda arremangadas
ni a tu pera arrugada cuando digo mentiras
no se parece a mi perfil en el espejo de atrás
que ponés para que todos nos demos vuelta
yo
no caí en la trampa

y estoy en un trompo de remolinos con acentos de paisa
y puentes sobre la cabeza que me enredan las crespas
me miran las tetas hasta los viejos sin ojos
pero hay una franqueza que me debo hace tiempo
a cada paso aprendo cómo moverme
y con vos estaba sentada

incluso puedo saltar sobre las estaciones
y hacer piruetas en una rampa
el guarapo las arepas los buñuelos la panela
vos los viste paseando sobre tus ojos
con doscientos pesos entre los dedos y aunque
no lo creas
doscientos pesos no son nada

lo peor, por ser sincera
es creer que esto 
no podría haber pasado
nadie se lo imaginaba
era factible su total ausencia
y mi cuerpo no hubiera cambiado
ni en pliegue de la cintura
si hubiera dicho
no che, mejor esta no
mejor los pantaloncitos apretados 
y meterme piedras 
en los tacos de punta
y a ser de a poco
cruelmente
una bolita brillante más esperando el semáforo
en esta o en cualquier ciudad del mundo 
pero la propia por cuestiones legales


y ahora que vuelvo al diálogo
parezco nacer con boca nueva
es mentira
no se me pegó el acento
las arepas tienen gusto a goma
y podría volver a mi casa de un tirón si pudiera
pero no

volvería a verte
ni en un sueño de hotel con la tele prendida
ni volando la ciudad desde una terraza
así es el movimiento
un sacudón de neuronas y aunque se vuelva no
se vuelven a colocar
donde vos
las dejaste